Gracias a ellos, sigo adelante:

Es como si te cayeras de una montaña abajo, y no llegara nunca el suelo.
Que estuvieras siempre esperando el final sin que llegara.
Intentando hacer la caída lo más rápida posible, para que durará menos.
Eso quería yo, cuando te veía y sabía que algún día te iba a perder, quería que pasara rápido y pronto, porque si no de esperar, me moriría de las ganas.

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